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El impuesto a la Banca proseguirá en 2025
El Gobierno ha confirmado que continuará aplicando el impuesto extraordinario a la banca, mientras el gravamen sobre las empresas energéticas, previsto también en la ley, decaerá en diciembre debido a la falta de acuerdo entre los partidos parlamentarios. El impuesto a la banca, que en principio era temporal, busca que el sector financiero contribuya con parte de sus beneficios extraordinarios, logrados gracias a las políticas monetarias del Banco Central Europeo (BCE), y respalde los gastos sociales.
Los beneficios de la banca marcan hitos históricos
En un contexto de alta inflación y subida de tipos, las entidades bancarias españolas han reportado beneficios históricos. En el primer semestre de 2024, los seis principales bancos de España –Santander, BBVA, CaixaBank, Sabadell, Bankinter y Unicaja Banco– alcanzaron un beneficio conjunto de 15.287 millones de euros, un 28% más que en el mismo periodo de 2023. Este incremento se da incluso después de haber abonado 1.478,6 millones de euros como parte del gravamen extraordinario del Gobierno.
Estas cifras muestran una situación de gran rentabilidad en el sector. Santander, por ejemplo, registró un beneficio neto de 6.059 millones de euros en el primer semestre, mientras que BBVA alcanzó los 4.994 millones, ambos con crecimientos de doble dígito. Esta rentabilidad, según la Asociación de Usuarios Financieros (Asufin), se debe en gran medida a las políticas monetarias que han elevado los márgenes de beneficios. Sin embargo, Asufin critica que, mientras se han incrementado las hipotecas y las comisiones que cobran por cualquier actividad, los bancos españoles continúan sin remunerar los depósitos a la par que otros países europeos, lo que a juicio de esta organización representa una falta de equilibrio en el mercado financiero.
Asufin defiende la continuidad del impuesto a la banca
La Asociación de Usuarios Financieros (Asufin) ha acogido con satisfacción la noticia de que el Gobierno mantendrá el impuesto a la banca. Esta organización de defensa del consumidor considera que la banca debería contribuir a la sociedad en proporción a los beneficios extraordinarios que ha obtenido gracias a la política del BCE. En palabras de Patricia Suárez, presidenta de Asufin, “es indignante que la banca, después de haber alcanzado beneficios históricos, siga amenazando con acciones legales contra un impuesto que debería ser una muestra de solidaridad con la sociedad.”
Asufin también ha expresado su preocupación por el efecto del impuesto en los consumidores, ya que teme que algunas entidades repercutan el coste del gravamen en las comisiones y servicios bancarios. La asociación ya ha señalado en informes recientes que varias entidades han incrementado las comisiones de productos y servicios, y anticipa que estas subidas pueden acentuarse. A este respecto, Asufin ha reiterado que mantendrá una vigilancia continua sobre las comisiones y tarifas bancarias para alertar de posibles abusos hacia los clientes.
El impuesto a las energéticas decae
En contraste, el impuesto a las energéticas finalizará en diciembre de 2024 debido a la falta de consenso político para su continuidad. Mientras que el Gobierno tenía como objetivo prorrogar el gravamen, las negociaciones se vieron interrumpidas por la oposición de varios grupos parlamentarios, en particular de Junts, que defendía una importante inversión en Tarragona, donde se sitúan algunas de las empresas afectadas por este impuesto. La oposición de Junts, junto a la posición del PNV, han impedido que el impuesto se mantenga en 2025.
El fracaso de este gravamen en el Parlamento ha suscitado críticas de otros aliados del Gobierno, como Sumar, ERC y Bildu, quienes sostienen que los grandes beneficios de las empresas energéticas deberían ser gravados de forma permanente. Según Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda y líder de Sumar, el impuesto a las energéticas «es obligatorio» para reequilibrar la carga fiscal y permitir que las empresas contribuyan con el mismo esfuerzo que la ciudadanía.
Reflexiones sobre la continuidad del impuesto y el panorama económico
En el contexto económico actual, los beneficios extraordinarios de la banca y las energéticas han generado un debate político y social sobre la responsabilidad fiscal de estas entidades. Los bancos, a pesar de sus advertencias iniciales de que el impuesto perjudicaría su rentabilidad, han demostrado una fortaleza financiera notable, lo que refuerza la posición del Gobierno de exigirles una mayor contribución tributaria. No obstante, el reto persiste en cómo asegurar que el gravamen no termine siendo soportado por los consumidores.
El Banco de España ha advertido también sobre el riesgo sistémico en el sector inmobiliario y la deuda hipotecaria de los hogares, señalando que la relación entre el crédito hipotecario y la estabilidad financiera es esencial para evitar otra crisis como la de 2008. A día de hoy, el crédito hipotecario representa el 40,1% de los créditos totales en España, una cifra que preocupa al Banco de España en un contexto de “cierta sobrevaloración” de la vivienda desde la pandemia.
La continuidad del impuesto a la banca parece justificada, dado el nivel de beneficios que las entidades siguen reportando en el actual contexto de subida de tipos. Sin embargo, las negociaciones políticas y la presión de ciertos sectores han influido en la decisión de finalizar el impuesto a las energéticas, reflejando las complejidades y retos de la política fiscal y económica en España.
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