Primero fue la epidemia Covid que puso en valor las pequeñas fincas rústicassusceptibles de poder servir de lugar de esparcimiento para muchos de los que pasaban el confinamiento en pisos urbanos y que echaban de menos el campo y los espacios abiertos. Ahora, con la guerra de Ucrania, el interés por las fincas rústicascontinúa, pero ha cambiado en el objetivo. Son las grades fincas de producción alimentaria, sobre todo las dedicadas a cereales u oleaginosos, en Castilla y León, Castilla La Mancha y Andalucía, las que están en el objetivo del inversor y esta especial atención está haciendo subir su precio.
Lo asegura el Instituto Nacional de Estadística, que ha publicado los datos mensuales correspondientes al mes de mayo de la Estadística de Transmisión de Derechos de la Propiedad, que incluye información sobre la transmisión de fincas rústicas.
Y con estos datos a la vista, una vez más, se confirma el buen momento del mercado del suelo rústico. En total, durante el mes de mayo se transmitieron 42.538 fincas rústicas. Esto supone el mejor dato, en este mes, de los últimos 15 años.
En cuanto a las compraventas de fincas rústicas, con un total de 15.436 propiedades transmitidas, aumentaron un 19,1% respecto al mes anterior y acumulan una subida anual del 7,4%.
Por Comunidades Autónomas, el mercado de compraventa de fincas rústicas está liderado con: Castilla y León (2.534 compraventas en mayo), Andalucía (2.238), Castilla-La Mancha (1.985), Comunidad Valenciana (1.786) y Aragón (1.209).
No es solo un cambio en el estilo de vida o la búsqueda de rentabilidad lo que está animando el sector, también en un contexto de elevada inflación la tierra se deja percibir como un valor seguro. No hay que dejar de lado la previsión de subvenciones que pueden llegar desde la Unión Europea para volver aponer en producción fincas que corrían al riego de quedar en desuso.
Compratido con Aquimicasa